Las empresas argentinas apuestan cada vez más a la sustentabilidad para cruzar fronteras y ganar nuevos mercados. España, que se ubica como uno de los países europeos con mejor performance sostenible, aparenta ser el destino ideal para las exportaciones locales, especialmente el sector agrícola y su demanda de insumos orgánicos.
En el marco de los objetivos de la Agenda 2030 de la Organización de Naciones Unidas (ONU), la Unión Europea estableció en 2020 el Pacto Verde, un conjunto de compromisos políticos para lograr que el viejo continente llegue a la neutralidad climática para 2050. El compromiso, que ya se traduce en leyes del propio Parlamento Europeo, impulsa una transición energética en todos los sectores posibles para lograr una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero de 55% en comparación con los niveles de 1990.
Los objetivos se diferencian dependiendo el país, por eso es que algunos ya alcanzaron ciertas metas energéticas, como es el caso de Finlandia, Suecia o Letonia. Sin embargo, los ojos del mayor potencial de transición están puestos en España. El Global Energy Monitor acaba de destacar al país ibérico como líder absoluto en la adopción de fuentes renovables.
Como agregado, la ONU puntúa a España por encima de la media europea en el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 13 de “Acción por el Clima”. Según los expertos, esta buena performance es gracias a su profunda transformación agrícola y a la ampliación de su cosecha orgánica.
Con alrededor de 2,4 millones de hectáreas de tierras orgánicas, lo que representa aproximadamente el 10% de su superficie agrícola total, es de los espacios más extensos de la UE. Este potencial agrícola dispara la demanda de productos orgánicos y Argentina, uno de los principales abastecedores agro de España, se convierte en un jugador clave.
“El potencial agro de España, los lazos generacionales y su compromiso por el ambiente nos abrió las puertas para instalar nuestras operaciones allá”, destacó Joaquín Basanta, presidente de Agro Sustentable, empresa argentina dedicada a la fabricación y comercialización de insumos agrícolas que recientemente abrió su sede en Madrid, brinda sus servicios en Valencia y busca expandirse a toda la península.
El impulso agroecológico también viene ganando fuerza en Argentina. Según el Senasa, la superficie orgánica cosechada es de casi 100.000 hectáreas en total, con una tendencia positiva desde hace más de una década. España es el socio comercial más importante de Argentina en Europa. En 2023, Argentina exportó por USD 1.441 millones, siendo el principal destino dentro del viejo continente en ese período, según el Indec. Se exporta mayoritariamente harina de soja, aunque también aceite y de biodiesel. Además, representa el 60% de las importaciones españolas de harina y aceite de soja, el 62% de los porotos, el 82% del extracto de quebracho y el 42% del maní sin cáscara.
En ese contexto, la conversión hacia prácticas más sostenibles inevitablemente involucra a las empresas argentinas. “Nuestra llegada a España contribuye a la apertura de los mercados europeos, con altos estándares de cuidado medioambiental, pero también fortalece la exportación de conocimiento en agro-tecnología”, agregó Basanta, resaltando la unidad de negocios de la empresa, Agro-Tech, especializada en servicios tecnológicos aplicados al agro.
La apuesta de los bioinsumos
Además de los bioinsumos, recientemente otra empresa argentina que alcanzó el mercado hispano fue Viterra, que exportó harina sustentable 100% segregada. “Buscamos desarrollar soluciones que contribuyan al cuidado del medio ambiente y generen un impacto positivo en nuestras comunidades”, comentó Vladimir Barisic, CEO de la firma. “También es una ventaja competitiva que refleja nuestro compromiso con un modelo de negocio responsable y sostenible”, agregó el directivo.
Otro caso similar de exportación sustentable es la realizada por Biomax, una pyme local que exporta biodigestores a España. Con el desarrollo de tecnología propia para impulsar energías alternativas, transformando desperdicios orgánicos en biogás, lograron también expandir sus fronteras.
Estos logros reflejan la capacidad del agro argentino para adaptarse a las exigentes normativas europeas en materia de sustentabilidad y trazabilidad de productos, y es que el aporte no se limita solo a la exportación.
El país también está implementando prácticas sostenibles en su propia producción, lo que refuerza su posición como un líder en la producción agroecológica regional.
Por ejemplo, el plan argentino para la exportación de soja libre de deforestación a fines del año pasado supuso una iniciativa pionera y obtuvo un impacto positivo en el mercado europeo.
En definitiva, la colaboración entre España y Argentina en el ámbito agrícola es un ejemplo claro de cómo la cooperación internacional puede impulsar el cumplimiento de los objetivos de sustentabilidad. La apuesta de España por la agricultura sostenible, con un marcado impulso del sello argentino, contribuye significativamente a los objetivos globales de la Agenda 2030.