Atravesando una temporada de verano Niña, la genética es fundamental para conseguir calidad y estabilidad de los rendimientos.
La llegada de La Niña ya está prácticamente confirmada y es uno de los grandes desafíos de la campaña 2021/22. En ese contexto, pensar en maíz tardío conduce, en primer lugar, a la genética, para lograr calidad y estabilidad.
En primer lugar, será importante planificar una estrategia que se adapte a las necesidades de cada productor y que permita lograr una mejor performance teniendo en cuenta el clima o el ambiente en el que se desarrollará la siembra.
El informe del USDA resultó alcista para los cereales
Por su parte la información provista por el Departamento estadounidense respecto de la soja no generó mayores sorpresas en el mercado.
“Esa estrategia que queremos desarrollar junto al productor no está muy lejos de la planificación que él mismo realiza con nosotros poniendo el foco en el maíz”, explica el técnico Fernando Guerra, Coordinador de Agroservice de KWS Argentina.
Manejo y sanidad
Una vez elegida la genética, se avanza en cuestiones como densidad y monitoreo de adversidades fitosanitarias.
“Cuando hablamos de un año Niña y de situaciones estresantes, también debemos pensar en la sanidad”, asegura Guerra. En ese sentido, la recomendación del experto es aumentar los monitoreos. “Sabemos que los márgenes durante esta campaña pueden ser más apretados, entonces debemos cuidar toda la materia verde que produzca el maíz para que termine en grano”, resalta.
Además de reafirmar aún más los monitoreos, Guerra destaca la importancia de la interacción con el productor, que permita a disposición de los productores todas las herramientas a través de los referentes y ser un soporte para la toma de decisiones.
Híbridos
La genética es el punto inicial de un cultivo de maíz.
Para Guerra, por ello, es fundamental conocer cómo se comportan los híbridos, entender la respuesta que pueden tener y saber que durante esta campaña esa respuesta debe apuntar a resolver la problemática de un año Niña.
“Creemos fundamental conocer el comportamiento de los materiales, su respuesta a fungicida o a la densidad, o si hay que cambiar la genética y pasar a otro tipo de híbridos, a un planteo más defensivo o restrictivo, Es clave el ciclo ya que tiene va a calzar en el período crítico en la fase donde estemos en plena Niña”, explica.
En resumen, ese diálogo técnico entre productores y distribuidores es el que, finalmente, contribuirá a planificar una campaña lo más predecible y exitosa posible