Al cierre del mes de octubre, los organizadores de Agroactiva pondrán en Faro la primera reunión de un ciclo que enfoca hacia un rumbo en el uso de tecnologías eficientes.
En esta oportunidad, el convite esta direccionado al ABC de las aplicaciones de insumos agropecuarios (agroquímicos y fertilizantes), las formulaciones de caldos, los biológicos y la inteligencia artificial junto a la nanotecnología en las pulverizaciones.
La temática se perfila muy interesante, ya que pone en agenda al agro y el retorno a una lucha que venía quedando a la deriva.
También anticipa que será casi un preámbulo de las buenas aplicaciones de productos, manteniendo la eficiencia y respetando a una sociedad agro productiva que reclama por el cuidado del medio ambiente y quienes lo habitan.
“Hay etapas que marcar el paso a paso a lo hora de aplicar un producto en el campo, esto es necesario contarlo, resaltar los factores claves que hoy pasan por el tamaño de gotas, el orden correcto de los productos agregados a los tanques, la altura del botalón y otros elementos fundamentales”, anticipó el ingeniero Mariano José Luna, experto de aplicaciones.
Este referente, habla de un ABC que ya no pasa por los productores agropecuarios, sino por más de un 70 % del manejo de los campos, que _en Argentina_ está en manos de los contratistas. “Estamos frente a una figura que requiere capacitación permanente, un seguimiento de las recomendaciones que se hacen y –especialmente- un carnet o validación para realizar una tarea profesional de aplicación”, expresó Luna instando a corregir el funcionamiento de las recetas o permisos.
El Faro de Agroactiva, pretende sacar el tema de las aplicaciones de un ring donde estos últimos años mostraron grandes peleas, en muchos casos pérdidas o postergadas en el tiempo. Sin dudas que en este impasse de políticas para el sector, se sigue considerando un tema complejo que aún pone al glifosato entre los principales malos de esta película.
Ahora, la revancha está pensada en una acción inicial que busca acercar más conocimiento a la sociedad, para generar mejores herramientas de control y no seguir discutiendo tantos planteos que han ido quedando a la deriva.
La bibliografía aún muestra que desde la década del 40, este problema se sigue estudiando. También se sabe que desde fines de 1970 hay registrados estudios que indican adonde van los agroquímicos y en qué proporción lo hacen, tanto por deriva o absorción en suelo.
“La recuperación de principios activos, se ha visto en proporciones muy chicas. Algo así como microgramos, que significaría la millonésima parte de kilo por litro de volumen aplicado”, remarcó el especialista aportando que ya no es un tema de conocimiento sino de darlo a conocer bien, después de 48 años.
La jornada Faro avanzará sobre su primer desafió que pasa por visibilizar información valida, sin dejar de mostrar que se están aplicando sustancias químicas, que tienen sus riesgos y requieren un tratamiento de cuidado, pero que a la vez, utilizadas en sus dosis y condiciones ambientales justas, no significan un riesgo para la población, ni para los sistemas productivos.
A priori, mostrará que es más riesgosa una aplicación aérea (aviones y drones) que la terrestre por las complicaciones de deriva, más allá de los fundamentos que intentan revertir estas probabilidades.
Otro problema son las dosis, que no se respetan o a veces son más amplias por las dudas.
“El objetivo es regular todo el proceso de una aplicación que va desde la calidad del agua, una correcta mezcla de productos en los tanques y una adecuada selección de boquillas, velocidad y presión, ya que el control de las adversidades del campo debería requerir una mínima disposición de productos”, subrayó Mariano Luna, reclamando al mismo tiempo que este pedido de ponga en el faro o foco de los que regulan y deciden.