Tras el cierre de exportaciones se cayó el rodeo bovino, y esa menor disponibilidad tendrá como consecuencia un vaivén que será visible con el correr de los meses.
A dos meses del cierre de las exportaciones de carne vacuna anunciado por el Gobierno Nacional,
se dio a conocer la caída en el rodeo bovino argentino, que de acuerdo a estadísticas oficiales se ubicó sobre el millón de cabezas.
El dato aparece mientras el Gobierno Nacional busca contener el precio de este alimento y la industria frigorífica pide que se flexibilicen las ventas al exterior. La mayor caída fue en las categorías terneros y terneras, con casi 700.000 cabezas.
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El Ejecutivo presentó un proyecto de ley que establece regulaciones e impulsa el desarrollo también del cáñamo industrial con el fin de incentivar la actividad productiva, el empleo y las exportaciones del sector.
Según informó el Ministerio de Agricultura, el stock bovino cerró 2020 con un total de 53,5 millones de cabezas, que en comparación al año anterior representa un recorte de 944.000 animales. El primer dato a tener en cuenta es que este escenario sumará presión alcista al precio de la carne, al representar un recorte en la oferta disponible. Analistas del sector consultados por Infocampo reconocieron que se registró una caída de tres puntos en la tasa de destete en relación al año pasado, mientras el peso de faena no logra superar el promedio de 230 kilos. Para tomar dimensión de esa cifra, en el caso de Uruguay, esta variable se ubica sobre los 275 kilos.
De esta manera, la menor disponibilidad de carne tendrá como consecuencia una tensión en los precios que será visible con el correr de los meses. Este factor puede representar un escollo para que el Gobierno Nacional empiece a flexibilizar el actual esquema de exportaciones, que por el momento incluye limitaciones a la venta de vaca con destino a China, un listado de siete cortes parrilleros y el cupo Kosher con destino a Israel.
En declaraciones periodísticas recientes, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas,
reconoció que la liberación de cupos se hará efectiva siempre y cuando el precio de la carne no registre subas. “El objetivo es mantener estable el precio de la carne, que subió de manera injustificada y vamos a ir liberando más cupos de exportación en la medida en la que veamos que sigue la estabilidad en el mercado interno”, señaló.
En este contexto, la industria frigorífica sigue a la espera de señales en materia de una flexibilización para el comercio exterior. “Con las restricciones, se perderán 100 millones de dólares mensuales, y el recorte en el volumen de producción estará sobre las 25.000 toneladas”, advirtió Javier Peralta, secretario de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra).
Con este ajuste en la actividad de los frigoríficos exportadores, caerá el volumen exportado y el ingreso de divisas que genera cada año esta cadena de valor. Según un cálculo efectuado por el Mercado Rosario Ganadero (Rosgan), de seguir este nivel de restricciones, 2021 cerrará con ventas al exterior por 700.000 toneladas, unas 200.000 toneladas menos en relación al año pasado.
En diálogo con este medio, Peralta analizó el panorama del mercado interno, golpeado tanto por la falta de poder adquisitivo de los consumidores como el menor stock de hacienda disponible.
Con respecto a los precios de venta al público, admitió que se visualizaron algunas bajas que no llegaron a superar los 20 pesos por kilo, pero no por la decisión de la Casa Rosada de limitar las exportaciones. Con la baja del consumo, aumentaron los stocks y esto se reflejó con una leve baja en los mostradores por los saldos de mercadería que no pudieron venderse. “La principal consecuencia de esa medida es la baja de precios en las categorías de vaca conserva y manufactura”, remarcó.
Los valores de la hacienda en los remates ganaderos tomaron dos caminos bien diferenciados. Mientras la vaca con destino a China sufrió un desplome de hasta 30% y luego empezó a exhibir un repunte progresivo, las categorías de consumo registraron una baja, pero no por las medidas tomadas por el Gobierno, sino por el retroceso en las ventas ante la caída del poder adquisitivo del salario.
Según estimaron operadores del Mercado de Liniers, las cotizaciones en novillitos y vaquillonas retrocedieron a un piso de $190 y a un techo de $207, muy por debajo de los valores que la hacienda de consumo de junio registró en junio. En este punto, el dato a tener en cuenta es que el cese de comercialización dispuesto por la Mesa de Enlace impactó en los valores de la hacienda, que registraron una fuerte suba, que se trasladó de manera parcial a los mostradores de las carnicerías.
Por el momento, esta baja en los valores de las categorías de consumo no se percibe en las carnicerías, salvo casos puntuales. Si bien el precio de la media res que se baja en los comercios disminuyó en unos 20 pesos, se perciben algunas rebajas puntuales en el caso de cortes parrilleros, que en esta época del año no tienen mucha salida.